El mundo está cambiando. La idea
social que nos han creado sobre nuestro entorno a través de nuestra educación
reglada y no reglada, escuelas y padres; no se parece en lo absoluto a lo que
vivimos una vez alcanzamos nuestra etapa joven adulto. Durante nuestra
educación nos enseñan sobre la importancia de llegar a la adultez con una
formación. Pero, ¿qué está pasando allá afuera y qué repercusión tendrá en nuestro
futuro? Mientras dedicamos largo tiempo a nuestros estudios y nuestra
sensibilidad a idealizar nuestra vida después de terminar la carrera, ¿quién
está pensando en despertarnos y en darnos las herramientas que verdaderamente
nos ayudarán a que seamos competentes en un mundo que puede colapsar por la
falta de ideas creativas.
Recuerdo la alerta de mi
profesora de Biología primer año de licenciatura en la Universidad de Puerto
Rico:” Ustedes no tendrán trabajo” “Tendrán que irse a los países emergentes en
Sur América”. Me preocupé bastante pero no lo suficiente porque mi percepción
en ese momento era bastante positiva y tenía mis pensamientos concentrados en
otras interrogantes.
Entonces decidí venir a Europa a
continuar mi formación. Yo la llamo la fase soñadora-realista donde me
encuentro con un entorno laboral profesional bastante competitivo. Como
profesional en los Recursos Humanos tengo contacto con cientos de talentos
jóvenes con sueños, buscando oportunidades casi transparentes, puestos de
trabajos casi invisibles y difuminados por una economía enferma por un virus
que parece no tener cura y que la medicina propuestas por nuestro sistema
económico al momento no tiene resultados positivos.
Actualmente, mi contacto con
personas profesionales de diferentes sectores y estudiantes de todo el mundo ha
despertado esta reflexión sobre las ideas y la creatividad. La importancia de
no dejarlas en el aire ni reprimirlas sino mostrarlas, proponer soluciones
medibles y productivas.
Las personas que buscan un trabajo
donde sentarse toda la vida, pueden caer en una fuerte frustración al descubrir
la inestabilidad en el mercado laboral. Hoy estás mañana puede que no. Recuerdo
un análisis que tuvimos en la clase de Inglés de Negocios durante el Máster con
el profesor Michael Keiter “The World is
Flat” del autor Thomas L. Friedman. Este ensayo explica que en nuestra
sociedad actual, tenemos que buscar la manera de hacernos intocables, que nuestro trabajo no sea externalizado u ofrecido a
otra persona. Según Friedman hay cuatro categorías de “Intocables”: “Los especiales” como Michael Jordans, “los especializados” como un Ingeniero
de Software y “los anclados” como
las enfermeras y abogados y los
“adaptables” quienes buscan adquirir
nuevas habilidades y conocimientos.
En un mercado laboral como el
actual ser adaptable es la mejor alternativa. Adaptarnos a un nuevo ambiente
laboral, cultura, lengua, liderazgo, romper con las fronteras del conocimiento
y buscar actualizarnos, especializarnos, anclarnos.
Cada día se gradúan miles de
periodista, informáticos, empresariales, humanistas, su éxito laboral dependerá
de sus ideas
Robert Dilts explica que la
creatividad no es dejar las cosas en sueños sino materializarlas. Según Dilts las
escuelas y universidades, empresas no fomentan estas herramientas crean
patrones homogéneos para dirigir a las personas, porque por supuesto es la
manera más fácil.
Tenemos que ser soñadores,
realistas y críticos a la vez. Inventar
y anclarnos en carreras profesionales donde seamos irreemplazables. Dejar el
miedo a los idiomas y atrevernos a cambiar el entorno cultural y la lengua.
Hablar más de un idioma fomenta la creatividad y aumenta la posibilidad de
obtener nuevas oportunidades.
By: Yaniris Almarante
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