martes, 27 de agosto de 2013

Aún no juego bien al fútbol

“Buscamos becario con experiencia”, “Se necesita estudiante de comercio con mínimo 1 año de trabajo en el área”, “Empresa multinacional busca practicantes de administración con mínimo 6 meses de experiencia en logística internacional”. Prácticas con experiencia… ¿A qué jugamos?

Seguramente si usted es un estudiante y busca empleo, o prácticas profesionales, le resultarán familiares estos enunciados; y con gran certeza puede que le generen algo de indignación: ¿Cómo es que buscan un becario ¡CON EXPERIENCIA!?

Antaño, la figura del becario o practicante estaba fundamentalmente vinculada al aprendizaje. Ser becario era estar en proceso de instrucción en un puesto de trabajo; empero, desde hace un tiempo resulta más que evidente que la fina línea entre el becario y el trabajador está desapareciendo así como los niveles de formación y experiencia que antes eran más que obvios: No se sorprenda si un becario en su empresa tiene mejor formación o perfil que su tutor.

En los tiempos que corren resulta cada vez más frecuente encontrar becarios en prácticas con 2 años o más de experiencia y que, seguramente tras terminar su práctica, no tendrán otra opción más que buscar una siguiente. Tal vez eso explique cómo las empresas se pueden permitir buscar “becarios con experiencia”: Porque el mercado los genera por medio del bajo número de contrataciones de profesionales de esta primera parte de década.

No me malinterprete, esto no es un escrito de denuncia ni una carta de indignación: es un pensamiento que me da vueltas y sólo quiero compartir con usted, amable lector. Lo que sucede es que, cuando era muy jovenzuelo, recuerdo no ser un diestro del balón pero sí desear con ansias jugar en el equipo en la primaria; asimismo, recuerdo la frustración que me generaba aquella frase de “entrarás al equipo cuando juegues mejor”… ¿Y cómo voy a jugar mejor si no me permiten aprender con los que ya juegan bien? Tal vez usted tenga la solución: a día de hoy, aún no juego bien al fútbol.


Por Alexander Puentes

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